miércoles, 29 de abril de 2009
Sacerdotes suspendidos por oficiar misa de Bendición del Mar niegan haber usurpado jurisdicción de la iglesia de Puerto Cabello
Caracas, 28 Abr. ABN (Joan Gómez).- Los presbíteros suspendidos en el ejercicio del ministerio sacerdotal por oficiar la misa de la Bendición del Mar, el pasado Domingo de Resurrección en el malecón de Puerto Cabello, estado Carabobo, niegan haber usurpado la jurisdicción de la iglesia Diocesana de esa entidad.Tal señalamiento corresponde al sacerdote, Edmundo Cárdenas, quien junto a su homólogo Máximo Ochoa fueron suspendidos por sus respectivas diócesis -en un comunicado emitido por el obispo Ramón Viloria Pinzón-, por haber oficiado la eucaristía del Domingo de Resurrección sin permiso y por lo cual han quedado relevados del ejercicio del ministerio sacerdotal en todo el orbe, según lo establece el Derecho Canónico.“Asistidos por la razón y en consonancia con el marco jurídico canónico, consideramos que en ningún momento usurpamos la jurisdicción de la iglesia Diocesana de Puerto Cabello, ya que una Diócesis es una porción territorial, más no marítima, y por tanto el obispo no tiene potestad sobre las aguas marítimas de Venezuela, que fue el lugar desde donde oficiamos la misa y bendición del mar”, enfatizó.Asimismo, Cárdenas indicó que no utilizaron un lenguaje político partidista, proselitista o ideologizado, y mucho menos emplearon frases o expresiones que ofendieran o colocaran al escarnio público a las autoridades eclesiásticas de Puerto Cabello o el país.“Nuestro menaje, tanto en la Homilía como en el desarrollo de la ceremonia litúrgica fue una invitación a comprender el Ministerio de la gloriosa resurrección de nuestro señor Jesuscristo en la realidad que vivimos y a abrir el corazón de Dios y nuestros brazos a todos los hermanos sin sesgos de ninguna índole”, precisó.Cárdenas recordó que, la función de los sacerdotes con el pueblo radica en la coherencia entre el evangelio de Jesucristo y el sentir de la gente, con el ejemplo testimonial de animar pues, según expresó, su entrega debe estar motivada y alimentada por la radicalidad que señala la palabra de Dios y que los impulsa a hacer todos los esfuerzos por mostrar el mensaje de la buena noticia de Jesucristo a la humanidad.“Expresamos la importancia de apoyar experiencias concretas que promuevan y alcancen la paz a partir de la justicia social y, sobre todo, queremos manifestar que los cristianos y personas de buena voluntad estamos llamados a construir colectivamente la civilización del amor, a partir del camino ético y espiritual del servicio, el trabajo, la ayuda y la solidaridad”, puntualizó.Las sanciones de los dos sacerdotes obedecen a los acontecimientos registrados el pasado 12 de abril en Puerto Cabello, cuando el alcalde Rafael Lacava del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) convocó al acto litúrgico de la Bendición del Mar en el malecón de la ciudad, de forma paralela al que oficiaba monseñor Viloria en la Catedral.
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