domingo, 25 de abril de 2010

2 millones de personas han fallecido de muerte súbita en USA por cereales transgénicos


La polémica página whatdoesitmean publica una noticia citando a fuentes sanitarias rusas que habla de que 2 millones de norteamericanos habrían fallecido de muerte súbita a consecuencia de una infección pulmonar. La oleada comenzó a suceder en 2008 en Iowa cuando 36 personas que iban, precisamente, a una convención sobre daños pulmonares, murieron misteriosamente.
Por lo visto, una prestigiosa revista sobre biología acusó a Monsanto de ser el origen de esas cepas devastadoras conocidas por los nombres MON 863 y 810, a lo que la “popular” compañía replicó que ese estudio no había sido bien conducido.

Greenpeace publicó estos datos en uno de sus informes y la Universidad de Marsella ha corroborado que hay virus que pueden pasar de las plantas a humanos.

Este polémico informe da un giro de 180º cuando el periodista que se esconde tras el pseudónimo de Sorcha Faal afirma que la vacunación contra la pasada gripe intentaba, en realidad, reparar el ADN de los norteamericanos ante el virus que se extendía a través de los transgénicos.

En medio de tanta locura, una buena noticia. La planta Amaranto se ha demostrado que combate los transgénicos. Leedlo (y creedlo) más abajo. La noticia viene de Francia.

Efecto bumerán en Monsanto, en los Estados Unidos, hectáreas de cultivos de soja transgénicos han debido de ser abandonados por sus agricultores y 50.000 está gravemente amenazados.

Este pánico es debido a una “mala hierba” que ha decidido oponerse al gigante Monsanto, conocido por ser el mas gran depredador de la tierra.

Esta planta mutante prolifera y desafía el Roundup, el pesticida total a base de glyfosfato, según el cual, ninguna mala hierba se le resiste.

Cuando la naturaleza por fin vuelve a tomar la delantera


Pues ahí tenemos, desde el 2004, un agricultor de Macon, Georgia, ciudad situada a unos 130 kilómetros de Atlanta, se dio cuenta que algunos brotes de amaranto resisten al Roundup, con el cual el regaba sus cultivos de soja. Los campos víctimas de esta “mala hierba” invasora han sido sembrados con granos de Roundup Ready, y llevaban una semilla que ha recibido un gen de resistencia al Roundup, el cual según ellos, ninguna planta mala se resistía.

Desde esta época la situación se ha agravado, y el fenómeno se ha extendido a otros estados, Carolina del Sur, del Norte, Arkansas, Tennessee y Missouri.

Según un grupo de científicos del “centro for Ecology and Hydrology” organización británica, situada en Winfrith, en Dorset, habrían tenido un transfer de genes entre la planta OGM y ciertas hierbas indeseables como el amaranto. Constatar esto, darse cuenta de esto, contradice las afirmaciones preventorio y optimistas de los defensores de los OGM que pretendían y persistían en afirmar que no podía ser un hibridación entre una planta genéticamente modificada y una planta no modificada, e insistían que esto era simplemente “imposible”.

Para el genético británico Brian Johnson especializado en los problemas derivados de la agricultura, “basta que un solo cruce conseguido sobre varios millones de posibilidades. En cuanto la planta es creada, la nueva planta posee una ventaja selectiva enorme, se multiplica rápidamente.”

El herbicida potente, utilizado aquí a base de glyfosfato y de ammonium, y ha ejercido sobre las plantas, una presión enorme que acrecentado aún más la velocidad de adaptación. Así pues un gen de resistencia a los herbicidas parece que ha dado nacimiento a una planta híbrida, sacada de un cruce entre el grano que se supone estaba protegiendo y el amaranto que se ha vuelto imposible de eliminar.

La única solución es ahora, arrancar las malas hierbas a mano, como se hacía antiguamente, pues esto claro, no es siempre posible dado la extensión increíble de los cultivos. Por otra parte estas hierbas profundamente enraizadas, son muy difíciles de arrancar y 5.000 hectáreas han sido sencillamente abandonadas.

Numerosos agricultores piensan en renunciar en las OGM y volver de nuevo a una agricultura tradicional. Además estas semillas OGM cuestan más y más caras y la rentabilidad es primordial en este estilo de agricultura.

Así pues, Alan Rolan productor y comerciante de este tipo de semilla de soja de Dudley, en Missouri, afirma que más nadie le pide granos Monsanto, en estos últimos tiempos, cuando en verdad el sector representaba un 80% de su comercio, así los granos OGM han desaparecido de su catalogo y la petición de granos tradicionales aumentan sin cesar.

Ya, el 25 de junio del 2005, The Guardian, publicaba un artículo que desvelaba que los genes modificados de cereales habían transitado hacia plantas salvajes creando así un súper grano resistente a los herbicidas, cruce inconcebible, según los científicos del ministerio del entorno. Desde el 2008, los medias agrícolas americanos, cuentan más y más casos de resistencias y el gobierno de los Estados Unidos, ha practicado importantes cortes presupuestarios, que han obligados al Ministerio de Agricultura ha reducir y a parar ciertas actividades.

Planta diabólica, planta sagrada

Es gracioso constatar que esta planta “diabólica”, a los ojos del agricultor, de la agricultura genética, es una planta sagrada para los incas, es parte de los alimentos más antiguos del mundo. Esta planta produce 12.000 granos por año y las hojas más ricas en proteínas que la soja, contiene vitamina A, C y sales minerales.

Así este bumerán, enviando por la naturaleza sobre Monsanto, no solo neutraliza este depredador sino que instala en su lugar una planta que podría alimentar a la humanidad en caso de hambruna. Soporta la mayoría de los climas, tanto en regiones secas como en zonas de monzón o en tierras tropicales y no tiene ningún problema con insectos ni con enfermedades. Así pues, no harán falta productos químicos. “La marante”, es decir la graciosa, porque en francés significa esto, el amaranto, se enfrenta al muy potente Monsanto, como David se oponía a Goliat, y todo el mundo sabe cómo se termina el combate. Un combate, que parecía en principio muy desigual.

Si estos fenómenos se reproducen en cantidad suficiente, lo cual parece programado, Monsanto muy pronto tendrá que cerrar puertas.

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