viernes, 11 de junio de 2010

TINO RODRIGUEZ DR: Francisco Ferrer

TINO RODRIGUEZ

El Domingo 4 de abril del 2.010, día consagrado en el Calendario Artístico para una Muerte Especial, la Fraternidad Zuliana, le dijo adiós al Hijo Pródigo del Arte Popular. Al Padre Prolífico del Amor. Al Cantante de la Autenticidad. Al Ejecutante del Carisma Rítmico. Al Servidor de la Belleza Universal.

La Alfombra Azul del Lago, dio paso a un Eclipse de Guitarra, a un Silencio Filosofal del Pentagrama, a la Fatalidad Ecuménica del Destino. Al llanto de los familiares. Al duelo de los amigos. A la consternación de la Sultana del Lago.

Las Puertas de la Gloria, dieron la Bienvenida a Las Musas Estelares del Poeta coriano, quienes se congregaron en el Templo Central de Maracaibo, junto con Los Coreógrafos del alma y montaron el Retablo de Las Maravillas en el Altar de los Arcanos.

El escenario grandioso, para despedir al Hermano tan querido, se extendía desde el Centro de la Vía Láctea, hasta la Basílica de San Juan de Dios.

La Fe de Maracaibo, mimada por la recia arquitectura de su voz , desató los sentimientos más bellos, en la vasta muchedumbre de hijos, amigos y guitarras: procesión de compases y recuerdos, con arpegios de solidaridad militante, con lágrimas de filial ternura. Toda una Escuela de calor humano, compartido al pie de la urna y a los pies del Hermano.

La Misa de La Parusía, empezó con un coro de Arcángeles, en el Puerto de La Esperanza Cristiana. El Hierofante Mayor, alumbró con bendiciones a todos los presentes, cuando un Arco Iris en el Puente, decretó un Siglo de Silencio. Las Siete Notas Musicales del Catatumbo, sonaron en Siete Partituras de Solemne Admiración: Siete Bendiciones de la Madre Divina, bajo el Solsticio de San Juan de Dios.

Todo estuvo listo… para que el Hijo del Hombre cortara la Cinta del Silencio con su Batuta de marfil. Pero el Gran Maestro del Tiempo, impasible en los Secretos de la Muerte, sólo quiso entonar sus Elegías, a las 12 en punto, con el Soliloquio Musical de Don Armando Molero, el Patriarca Musical de la Ciudad.

El viento de Cumarebo nos trajo , desde el Golfo de Venezuela, una flauta Jirahara, cuyo eco milenario acampó en la Plaza Bolívar, donde su Réquiem de Solista Mayor, entonó un Gloria al Bravo Pueblo.

Entre la sombra de los Médanos y las playas de Los Puertos de Altagracia, la pleamar cubrióse de girasoles y crisantemos. Entre el sortilegio de La Península de Paraguaná y los chimbángueles de La Costa Oriental, se oyó un redoble del Polo Coriano con la Gaita a media asta. Entre el Cerro de Santa Ana y La Sierra de Perijá, los volantines y petacas, salieron a rezar sus décimas de luto.

La Flor del Semeruco y la Urupagua, tejieron su rancho con el duelo y brindaron el Cocuy de Penca a los presentes.

Los Nietos de Jesús Ríos y también de Jesús Delgado, en la Calle Soledad, con la ausencia de Oswaldo Ríos, asesinado, nos sirvieron todo el néctar del dolor, en esta hora infeliz de la Patria, martirizada por Luzbel.

El Silencio del domingo, la espuma del futuro y la lucha del presente, integraron la Guardia de Honor en el Te Deum, ofrecido al Barítono Sublime, por las Samaritanas más bellas del mundo, quienes sueñan con su voz, en Santa Bárbara y también en Santa Lucía.

Cada estrella de luz en el Altar de la Basílica, se hizo un Salve María Purísima, con un cálido Rosario de Nostalgia.

Las lágrimas arrancaron sus arpegios, desde las pupilas hasta el Cementerio.

Un Orfeón Caquetío, destiló mil Padre Nuestros, en los pañuelos de los amigos entrañables, quienes rezaron con el tambor infinito, al recordar que Celestino Ramón, vino con una Isla Volcánica en su Voz y una Península de Ternura en su Guitarra, es cierto, pero Tino se quedó para siempre, enamorando las Riberas del Lago todo el siglo.

De pronto, se abrieron los vitrales del camino, cuando un Rosario en Do mayor, subió al campanario con un vals.

Repicaron las campanas de un Lírico Evangelio. Las gaviotas en El Malecón, levantaron su duelo con el vuelo, mientras 21 cañonazos de Contradanza, pintaron la tarde con azul, en la rada del Maracaibo.

La Danza desató sus compases celestiales por la Calle Derecha. El Vals, estrechó con un pésame de lluvia, al Maracaibo de antaño. Su Maracaibo Florido, aquel mi Maracaibo, que lo adoró en todas sus esquinas, con aguinaldos y calabazates. Que lo mimó en las plazas, enternecidas con su voz de bronce, tras cada madrugada. Que lo glorificó en el Teatro Baralt, con su Rondalla de aplausos. Que lo mimó en los cines, con Rancheras y amores de la infancia. Que lo invitó a todas las fiestas familiares, con cerveza y comida en coco. Que lo hizo padrino en todos los bautizos. Que lo consagró como Estrella de todos los firmamentos, donde siempre brilló con luz propia, sin importarle el salario, ni los premios, ni la hora, ni el horario, porque en su conciencia proletaria, sólo cabían las canciones, las mujeres y los amores fugitivos.

Ese Maracaibo, al que tanto amó como su segunda Patria, este domingo 4 de abril, no pudo contener su llanto, cuando la Filarmónica de La Eternidad, coronó su frente con una estrella de Trinitarias amarillas. Cuando un Coro de Caribes Tamahibas, condecoró su trayectoria vital de Artista sin fronteras y lo nombró Patrimonio Artístico de la Felicidad Humana.

El Bolero (Orador de Orden), leyó, finalmente, un Poema de Despedida , por ser su hermano mayor, en todos los romances, despechos y guayabos.

La Balada, amante del Poeta, le cantó una canción de cuna en su féretro dormido. Allí le dijo, con rima entrecortada de emoción: “ TINO, Do quiera que tú vayas, Cantautor, me acordaré de ti. Yo sé que cuando el tiempo haya pasado y borrado estés en mi dolor, te acordarás de mí”.

… el sol se derretía, con las estrofas de un Pasodoble , pero llegó el Tango desatado a quitarle el escenario, con su milonga en bandoneón. El pibe, desplomado por el llanto, con lentes oscuros para ocultar su puñalada, con un nudo de misterio en la garganta, con un verso pampero en la solapa, se desplomó en el catafalco:

“¡Che… yo no sabía nada. Perdoname, pero aquí estoy. ¿No te acordás? , allá por los 40, cuando cantamos juntos por primera vez, aquel DESTELLO en la ventana de nuestra primera novia, donde el viajero que pasa, tarde o temprano, detiene su andar. Mirá Tino… No te vayas todavía! Por eso te invito conmigo a beber, que bebiendo se habrán de olvidar, los destellos de amores perdidos, que saben los ojos de llanto nublar”

Un Coro de Ángeles, al callarse el Señor del Arrabal, anuncia la llegada del Gran Maestro: Qué Soberbio! 1.80. Pelo negro. Cara transparente. Barba poética. Mirada de niño en navidad. Complexión de atleta. EL…se Baja de las nubes con su chalana de fuego. LA PAZ SEA CON VOSOTROS…! nos dice dulcemente. Levanta su batuta de arco iris en la mano y nos pregunta:

“¿No ha llegado la tristeza?”

Todos gritamos… ¡N0!.

“¿No ha llegado la amargura?”

Todos dijimos… ¡N0!.

“¿No ha llegado la soledad?”

Todos cantamos…¡NO!

Entonces no falta nadie. Hermanos… estamos completos…Empecemos!. Pero antes, permítanme, decirles que he RESUCITADO con TINO. con vosotros, en vosotros y para vosotros. Estamos de nuevo unidos, como Hermanos, aquí en la Paz, el Amor y la Amistad: el mejor Poema que nos regala el Artista, para seguir cantando con él, en la Vida Eterna, donde estaremos comulgando con la Madre Música, en la Resurrección del Alma. Hoy, apenas somos, un Poema de la Humanidad Invencible, por los siglos de los siglos,

HERMANOS… Con Tino…Hemos escuchado, compartido y convivido, todos los Salmos del Futuro Testamento. La más dulce Promesa del Hijo del Hombre. Hemos sentido el Verbo del Infinito. Hemos compartido este silencio con él, este silencio del adios definitivo, pero en su honor, hemos encendido el Fuego Sagrado de la Vida Eterna. Los Cuatro Puntos Cardinales del Espíritu, donde se han encendido con tantos corazones esta tarde, en esta despedida y bienvenida, al mismo tiempo.

Tengo la Fe de que estamos en una Fiesta Universal, porque se suma a nuestra Gran Familia Cósmica, un Hermano Especial, un Artista auténtico, quien le Cantó a la Vida, a la Esperanza y al Amor, como muy pocos lo han hecho., porque, luchó como si fuera a vivir siempre y murió, para vivir eternamente, en nuestros cromosomas musicales.

HERMANOS… me regocija anunciarles, que a partir de este Domingo, tendremos La Primera Voz en la Sinfónica del Futuro: al Barítono del Ser Enamorado, a la Voz sin igual de la Bondad. AL Eco Celestial de Humildad. AL vibrato de los cardones.

La oración de las palmeras enamoradas. EL Fuego Sagrado de la Inspiración. La ovación de nuestra Grey. La plenaria Belleza del Milagro. La Bella Vista de la Bondad. La Canción Sublime del Amor.


Hijos Míos, tengo el Honor de presentarles, a la Segunda Voz de Dios, recién llegado de la Tierra, nuestro Hermano:

TINO RODRÍGUEZ!

AMEN!


MARACAIBO 5 DE ABRIL DEL 2.010

DR. FRANCISCO FERRER.

franrofe999@gmail.com

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