viernes, 8 de enero de 2010

Entrevista a Heinz Dieterich: "Chavismo puede llegar a su fin en 2010"

IDEÓLOGO DEL «SOCIALISMO DEL SIGLO XXI», VE «POSIBILIDAD REAL» DE GUERRA COLOMBIA-VENEZUELA

Varias voces en Venezuela empiezan a advertir sobre las grietas de la revolución chavista. Que, de tan profundas, se están haciendo sistémicas: inoperancia de los planes sociales y de los servicios públicos, inflación y escasez de alimentos, crisis de inseguridad y corrupción. Entre las voces más preocupadas y frente a un año electoral que puede ser decisivo para el futuro del chavismo, llama la atención la de Heinz Dieterich, el ideólogo del «socialismo del siglo XXI» y consultor permanente de Hugo Chávez, quien, responde, por escrito, a las preguntas de Ámbito Financiero.

Periodista: Hugo Chávez alertó sobre la posibilidad de que Colombia esté armando un «falso positivo» en el que «plantaría» un campamento de las FARC en Venezuela, como excusa para iniciar un ataque como el de marzo de 2008 contra Raúl Reyes en Ecuador. ¿Cree posible una guerra entre Colombia y Venezuela?

Heinz Dieterich: La posibilidad de una guerra entre Colombia y Venezuela es muy real debido a que Washington decidió que Hugo Chávez tiene que irse, al costo que sea. El ex primer ministro inglés Tony Blair acaba de decir en la BBC que se tuvo que remover a Sadam Husein, aunque no tuviera armas de destrucción masiva, porque era «una amenaza para la región». Es decir, para los intereses estratégicos de Occidente. Es la misma situación de Hugo Chávez. El bolivarianismo es incompatible con la Doctrina Monroe y por eso es una «amenaza regional». Para remover a Chávez, preparan la guerra de agresión, utilizando los «falsos positivos», la supuesta tolerancia al narcotráfico y la presunta cooperación con Hizbulá. Las mayorías en ambos países están en contra de la guerra, lo que hace difícil prever las dinámicas internas que desencadenará una guerra. Sin embargo, Colombia está bajo control militar y Washington y la oligarquía están dispuestos al derramamiento de sangre. De este contexto emana el peligro de guerra.

P.: En mayo y setiembre de este año, Colombia tiene elecciones presidenciales; y Venezuela, legislativas. ¿Cómo vislumbra el panorama?

H.D.: Si el partido de Hugo Chávez (PSUV) pierde las elecciones legislativas de 2010, el proceso bolivariano llega a su fin. Para ganar, el presidente tiene que resolver los problemas de seguridad, ineficiencia, crisis económica -caída del PBI del 4,5% en el tercer trimestre, inflación del 35%, un mercado negro y dólar incontrolable- y la pérdida de credibilidad del discurso oficial, entre otros. Resolver estos problemas presupone la refundación del actual modelo de gobierno. Sólo el estrato conductor del PSUV puede imponer tal refundación.

Álvaro Uribe probablemente ganará su segunda reelección, porque ni el Polo Democrático ni el Partido Liberal han logrado desarrollar una alternativa que convenza a Washington y a amplios sectores colombianos de que se puede prescindir del uribismo, como se prescindió del pinochetismo en Chile a fines de los 80. Uribe es quien mejor garantiza todavía los intereses neoliberales y monroeístas del Gobierno Obama y de la oligarquía: por eso seguirá en el poder.

P.: ¿Hay purgas políticas en el Gobierno de Chávez? Las denuncias de corrupción en varios bancos privados llevaron a la renuncia del ministro de Comunicaciones, Jesse Chacón. Además, Chávez criticó en público a Diosdado Cabello, ministro de Infraestructura y uno de sus hombres de mayor confianza.

H.D.: Son dos dinámicas diferentes. Con la renuncia de Jesse Chacón, un hombre muy apreciado por el presidente, el Gobierno se protegió políticamente del escándalo banquero. La crítica pública a Diosdado Cabello, algo absolutamente insólito, muestra la creciente preocupación del presidente sobre la ineficiencia del sistema gerencial del Estado que, en su pensamiento, es el principal peligro para una eventual derrota electoral en 2010.

P.: En uno de sus últimos artículos usted describió al Gobierno de Chávez como un Titanic a punto de chocar y señaló la urgencia por cambiar el rumbo. También el embajador de Venezuela ante la OEA, Roy Chaderton, dio una señal de alarma ante los medios.

H.D.: La preocupación por la supervivencia de la revolución bolivariana, expresada por el embajador Roy Chaderton, existe en amplios sectores de la Nueva Clase Política (NCP) bolivariana, desde alcaldes, diputados, diplomáticos, militares, comunicadores, gobernadores y hasta ministros. Esa preocupación nació hace alrededor de tres años, pero se manifiesta hoy con mayor fuerza, porque el iceberg está más cerca. Como es natural, hay fracciones de derecha, centro e izquierda en la NCP, definidas por ideología, política y economía. Lo que tienen en común es su miedo a perder el poder. Por eso no actúan ante el presidente con la verdad y firmeza que requiere la grave crisis del sistema y de la nación.

P.: ¿Cómo son los tiempos para poder corregir el rumbo?

H.D.: Creo que el punto de viraje, el punto de no retorno, será enero. Porque hay que rediseñar un nuevo modelo de gobierno, eficientizar su ejecución y convencer a la población de su viabilidad, y eso requiere tiempo.

P.: ¿Está desencantado de Chávez?

H.D.: No; estoy desencantado con los altos líderes del proceso, a muchos de los cuales conozco personalmente, que se hacen cómplices históricos de la catástrofe que se avecina. No entiendo su falta de decisión para cambiar las cosas.

Martes, 5 de enero de 2010

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