Mis estudios de filosofía marxista y de economía política, mis vivencias como militante del Partido Comunista de Venezuela, Movimiento al Socialismo y Foro Democrático, y mi activismo político de 45 años siempre en el campo revolucionario, me formaron en el permanente cuestionamiento de las ideas y movimientos políticos, en el análisis objetivo de hechos, circunstancias y situaciones, y en evaluar a la gente por lo que hace y no por lo que dice. Asumo como criterio de verdad a la práctica social y, como buen ateo, no creo en Mesías terrenales ni celestiales. Mi lealtad es con Venezuela, con la inmensa mayoría de sus habitantes y con el cambio revolucionario, que los haga grandes y respetables, instruidos y sanos, así como solidarios y satisfechos plenamente de sus condiciones de vida y de trabajo. Es con estas consideraciones en mente que haré unas preguntas, que seguro generarán disgusto en más de uno que, en lugar de contestarlas y aclararse ellos mismos, se dedicarán a la descalificación y la ofensa. No es a ellos a quienes me dirijo.
¿Está en función de los intereses del país el establecimiento de empresas mixtas en el sector petrolero y minero de la nación? ¿No luchamos los sectores progresistas del país contra su creación, por parte de los gobiernos de la cuarta república, con motivo de la apertura petrolera?
¿No es contraria a los intereses del país la decisión del TSJ de que los reclamos que surjan en los contratos de interés público se deben dilucidar en tribunales arbitrales internacionales? ¿No es esa decisión idéntica a la dictada por la cuarta republicana Corte Suprema de Justicia? ¿Qué ha cambiado entonces?
¿Está en correspondencia con los intereses del país la suspensión y retardo de los procesos electorales sindicales, simplemente porque los candidatos del PSUV no tienen ninguna posibilidad de triunfo, como es el caso de los trabajadores petroleros y de muchos otros?
¿Cómo es que un gobierno socialista puede prescindir de los obreros si se supone que éstos son la fuerza de vanguardia de ese sistema? ¿Por qué no se ha podido en estos más de 10 años de gobierno tener a los obreros y sus sindicatos al frente del proceso revolucionario? ¿Son todos los obreros venezolanos no inscritos en el PSUV traidores a la patria y a su clase?
¿Por qué si ésta es una democracia participativa y protagónica se prefiere la política del paralelismo sindical y estudiantil, a la de convocar a ambos sectores a participar revolucionariamente en el proceso de cambios? ¿Por qué se privilegia el control partidista y político de los dirigentes a la autenticidad, legitimidad y formación de los mismos?
¿Favorece la acción y credibilidad del Gobierno la designación para cargos de mayor responsabilidad de funcionarios que han fracasado estrepitosamente en el desempeño de sus funciones anteriores? ¿Quiénes han sido los responsables de los fracasos de la política nacional de vivienda? ¿Dónde se encuentran hoy estos funcionarios?
¿No es un acto contrario a la soberanía nacional e inconstitucional la reforma del artículo 93 de la Ley Orgánica de Administración Financiera, que prohibía contratar operaciones de crédito público con garantía o privilegios sobre bienes o rentas nacionales, para permitirle al Ejecutivo obtener préstamos, como el recientemente otorgado por Brasil de 4.300 millones de dólares, dando como garantía nuestras reservas petroleras?
¿No es contradictorio que mientras el gobierno afecta la pequeña y mediana propiedad deje intacta a la oligarquía financiera, cuyas ganancias en estos años superan las obtenidas en los 40 años previos?
¿Cómo se entiende que se trabaje por la soberanía e independencia nacional y al mismo tiempo dependamos hoy más que nunca de las importaciones de todo tipo, entre éstas las de comidas? ¿Por qué determinadas importaciones, la de medicamentos por ejemplo, no se compran directamente a las fuentes de los mismos, sino que se prefiere la intermediación de Cuba a través de alguna de sus empresas en el campo, aunque esto le signifique a nuestro país transacciones más costosas?
¿Por qué la inseguridad, otro ítem donde el fracaso gubernamental ha sido espectacular, pues hoy cobra más del doble de vidas anuales que las acaecidas a finales de la década de los noventa, es tratada en la misma ineficiente forma que en el pasado cuarto republicano? ¿Por qué no se efectúa un saneamiento estructural radical de todas las policías, mediante el despido o pensión de todos aquellos funcionarios de conductas irregulares y delictivas?
¿No son las ventas de petróleo a futuro, pero a los viles precios de hoy, contrarias al interés nacional?
Éstas y muchas más preguntas suelen golpear las mentes de venezolanos patriotas, que siguen apoyando al gobierno del presidente Chávez, pero que no se han dejado llevar por una propaganda manipuladora gubernamental, pues conservan intacta su inteligencia y sus capacidades de análisis y razonamiento.
La Razón, pp A-5, 7-6-2009, Caracas.
Luis Fuenmayor Toro
¿Está en función de los intereses del país el establecimiento de empresas mixtas en el sector petrolero y minero de la nación? ¿No luchamos los sectores progresistas del país contra su creación, por parte de los gobiernos de la cuarta república, con motivo de la apertura petrolera?
¿No es contraria a los intereses del país la decisión del TSJ de que los reclamos que surjan en los contratos de interés público se deben dilucidar en tribunales arbitrales internacionales? ¿No es esa decisión idéntica a la dictada por la cuarta republicana Corte Suprema de Justicia? ¿Qué ha cambiado entonces?
¿Está en correspondencia con los intereses del país la suspensión y retardo de los procesos electorales sindicales, simplemente porque los candidatos del PSUV no tienen ninguna posibilidad de triunfo, como es el caso de los trabajadores petroleros y de muchos otros?
¿Cómo es que un gobierno socialista puede prescindir de los obreros si se supone que éstos son la fuerza de vanguardia de ese sistema? ¿Por qué no se ha podido en estos más de 10 años de gobierno tener a los obreros y sus sindicatos al frente del proceso revolucionario? ¿Son todos los obreros venezolanos no inscritos en el PSUV traidores a la patria y a su clase?
¿Por qué si ésta es una democracia participativa y protagónica se prefiere la política del paralelismo sindical y estudiantil, a la de convocar a ambos sectores a participar revolucionariamente en el proceso de cambios? ¿Por qué se privilegia el control partidista y político de los dirigentes a la autenticidad, legitimidad y formación de los mismos?
¿Favorece la acción y credibilidad del Gobierno la designación para cargos de mayor responsabilidad de funcionarios que han fracasado estrepitosamente en el desempeño de sus funciones anteriores? ¿Quiénes han sido los responsables de los fracasos de la política nacional de vivienda? ¿Dónde se encuentran hoy estos funcionarios?
¿No es un acto contrario a la soberanía nacional e inconstitucional la reforma del artículo 93 de la Ley Orgánica de Administración Financiera, que prohibía contratar operaciones de crédito público con garantía o privilegios sobre bienes o rentas nacionales, para permitirle al Ejecutivo obtener préstamos, como el recientemente otorgado por Brasil de 4.300 millones de dólares, dando como garantía nuestras reservas petroleras?
¿No es contradictorio que mientras el gobierno afecta la pequeña y mediana propiedad deje intacta a la oligarquía financiera, cuyas ganancias en estos años superan las obtenidas en los 40 años previos?
¿Cómo se entiende que se trabaje por la soberanía e independencia nacional y al mismo tiempo dependamos hoy más que nunca de las importaciones de todo tipo, entre éstas las de comidas? ¿Por qué determinadas importaciones, la de medicamentos por ejemplo, no se compran directamente a las fuentes de los mismos, sino que se prefiere la intermediación de Cuba a través de alguna de sus empresas en el campo, aunque esto le signifique a nuestro país transacciones más costosas?
¿Por qué la inseguridad, otro ítem donde el fracaso gubernamental ha sido espectacular, pues hoy cobra más del doble de vidas anuales que las acaecidas a finales de la década de los noventa, es tratada en la misma ineficiente forma que en el pasado cuarto republicano? ¿Por qué no se efectúa un saneamiento estructural radical de todas las policías, mediante el despido o pensión de todos aquellos funcionarios de conductas irregulares y delictivas?
¿No son las ventas de petróleo a futuro, pero a los viles precios de hoy, contrarias al interés nacional?
Éstas y muchas más preguntas suelen golpear las mentes de venezolanos patriotas, que siguen apoyando al gobierno del presidente Chávez, pero que no se han dejado llevar por una propaganda manipuladora gubernamental, pues conservan intacta su inteligencia y sus capacidades de análisis y razonamiento.
La Razón, pp A-5, 7-6-2009, Caracas.
Luis Fuenmayor Toro
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