miércoles, 5 de mayo de 2010

4 DE FEBRERO: ¿LA HISTORIA LOS ABSOLVERA?


4 de febrero: ¿la historia los absolverá?

Por: Ebert Cardoza

En la Historia de Venezuela existen fechas patrias gloriosas, otras ignominiosas, pero cuando se trata de la historia militar se han registrado aquellos sucesos en los cuales el pueblo venezolano, junto a su ejército libertador alcanzó sendas victorias, así quedaron para la posteridad las batallas de La Victoria, la Campaña Admirable, Queseras del Medio, Carabobo, Junín, Boyacá, Ayacucho, por sólo mencionar algunas. Sin embargo, nadie celebra la Capitulación de Miranda o la rendición del coronel Bolívar en la plaza de Puerto Cabello en 1812.

Las derrotas, las rendiciones o las capitulaciones no se celebran, porque no hay nada que celebrar. Sin embargo, como la historia la escriben los vencedores, desde las alturas del poder, se ha establecido la rendición del 4 de febrero como un día de la Dignidad Nacional, pues bastó una sóla aparición del comandante insurrecto, por la pantalla de Venevisión del Grupo Cisneros, para catapultar el fenómeno mediático como artífice del hombre que hoy encarna a Bolívar, al Estado, al Pueblo, a la Revolución y todos los avatares e iluminados de la historia. Pero la rendición de aquella rebelión militar, convertida hoy en fecha patria, a semejanza de otras rendiciones, no contó con la participación del pueblo venezolano, porque el pueblo nunca fue invitado, siendo además traicionados los pocos civiles involucrados, a excepción de algunos que forman parte del entorno presidencial.

La rendición del 4-F fue militar, porque su composición fue, fundamentalmente, militar. ¿Dónde estaba ese grupo de militares insurrectos el 27 de febrero de 1989?. ¿Por qué no apoyaron con algún pronunciamiento mediático cuando masacraron al pueblo?. ¿Esperaban los rebeldes castrenses un apoyo popular cuando se había perdido la confianza en su ejército y las armas del pueblo se habían volcado contra el pueblo?. Las revoluciones cocinadas en los cuarteles sin el calor del pueblo terminan en la cabeza de sus mentores. Así fracasó Miranda en 1806, porque aquel pueblo no sabía quién era aquel general victorioso en Europa y Estados Unidos y en ese momento no existía Venevisión.

La rendición del 4-F constituye un eslabón perdido dentro del largo proceso de la revolución venezolana. Pero se necesitaba un catalizador de las luchas sociales y era indispensable –sobre todo para las trasnacionales y para la burguesía como el Grupo Cisneros- engendrar a un líder capaz de aplacar el fuego de la insurrección popular. Si Bolívar hubiese celebrado la rendición de Puerto Cabello, Miranda lo habría fusilado.

Definitivamente, la historia no debería ser para manipular el pasado a favor de quienes detentan el poder, sino para emancipar al pueblo de sus errores y encaminarlo hacia un futuro mejor.

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