sábado, 4 de julio de 2009

A ESTO LLAMAN SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

EL DISCURSO DE CHÁVEZ SIRVE PARA GANAR ELECCIONES Y NO PARA HACER REVOLUCIONES.

EN EL GOBIERNO DE CHÁVEZ, SE ESTAN CONFORMANDO NUEVOS GRUPOS ECONÓMICOS QUE SAQUEAN LA REPÚBLICA A NOMBRE DE LA “REVOLUCIÓN” BOLIVARIANA.

CHÁVEZ EN TODOS ESTOS AÑOS APRENDIO A MANIPULAR LAS MASAS, PERO TAMBIÉN SU ENTORNO MÁS ALLEGADO APRENDIO A MANIPULARLO A ÉL.


Enrique Contreras Ramírez

Con los privilegios que tiene la clase política venezolana y particularmente la dirigencia encumbrada del PSUV y el resto del entorno que se anota con Chávez, es muy difícil creer que se va hacia la construcción de un nuevo orden social y económico.

Pensar que mientras convierten a un pueblo, sobre todo las clases sociales más humildes, en simples mendigos, donde se le otorga las migajas que la clase política les asigna a través de becas, ayudas, mercados y “empleos” temporales en forma de contratos, los altos funcionarios del entorno de Chávez, incluyendo su propia familia, disfrutan con gran voracidad la renta petrolera que pertenece en igualdad de condiciones a todos los venezolanos.

SE ACRECIENTA LA DESIGUALDAD
Para nadie es un secreto, que cualquier alcalde, concejal, gobernador, ministro, diputado o cualquier otro funcionario de alta jerarquía, cambia de estatus social y económico al no más tomar el poder y allí comienza su carrera de enriquecimiento.
Da risa y a la vez rabia, ver por ejemplo que un alto funcionario de justicia o electoral, cobre de aguinaldo la módica suma de 200 millones y tanto de Bs., mientras un educador o cualquier funcionario medio del gobierno, por 25 o 30 años de servicio, cobre la suma devaluada de 60 o 70 millones de Bs. en prestaciones sociales.
Esta relación hay que hacerla, porque la clase política de ayer y la de hoy siempre han tenido esta conducta, representan el sector parasitario del Estado, porque se alimenta de él, sin mayor esfuerzo, sin mayor consideración. Unos, los de ayer, a nombre de la democracia y los de hoy a nombre del socialismo del siglo XXI.
¿Dónde esta entonces la voluntad de servicio? ¿La voluntad de sacrificio por los demás? ¿El amor al prójimo? ¿La tan cacareada justicia social? ¿El bien común?.

UN DISCURSO PARA GANAR ELECCIONES
Los que estamos en la otra izquierda, la que no cree en los procesos electorales para cambiar el sistema, que sigue perseverando y que para muchos es como un piedrita en el zapato, siempre hemos creído que los discursos de Chávez sirven para ganar elecciones y no para hacer revoluciones.

A cualquier persona de corte progresista o de avanzada, cuando oye a Chávez de inmediato se identifica con lo que dice el presidente, pues su discurso sociologicamente hablando, se apoya en la esperanza, en el concepto de justicia social y bien común, pero cuando uno revisa con seriedad la conducta administrativa de sus funcionarios y la política del gobierno, uno observa con dolor que aquí no se esta construyendo ningún socialismo, que se repite los viejos vicios adecocopeyanos, que es el mismo sistema, el mismo capitalismo, el mismo modelo de dominación, la misma corrupción, el mismo tráfico de influencia, los mismos pillos que se han cambiado el color como el camaleón y que saquean con la misma impunidad de ayer el erario público de hoy, sacrificando de esta manera el bienestar colectivo de la mayoría de los venezolanos.

EL CULTO A LA PERSONALIDAD
Chávez aprendió en todos estos años a manipular las masas y particularmente creo que lo hace muy bien. Pero también su entorno más allegado aprendió a manipularlo a él. Esto se manifiesta en el culto a la personalidad que le tienen, saben que no puede haber critica ni autocrítica de su gestión, el que lo haga quedara fuera, alimentando de esta manera el camino a la autocracia que en definitiva ha desviado la intencionalidad del 4 de febrero y del 27 de noviembre, fechas sembradas hoy día en el corazón de los sectores más humildes de la patria.

La practica política de Chávez, en el marco de su entorno nadie se atreve a cuestionarla, por temor de perder sus aspiraciones. Por el contrario, esperan y ligan a que el presidente los nombre en algún discurso, para poder ser “dirigentes” segundones de la “revolución” ante las masas.

Andar por Venezuela señalando con el dedo, sin ningún tipo de discusión colectiva, quienes son los diputados, concejales, alcaldes, gobernadores y quienes deben ser los dirigentes del partido, no representa ninguna práctica democrática, ni mucho menos revolucionaria. Por el contrario, es convertir el problema político-revolucionario, en un club de serviles, desconociendo de esta manera los liderazgos naturales de nuestro propio pueblo a través de referencias nacionales impuestas. Es evitar la educación política de los pueblos, su rearme ideológico y es poner en peligro en definitiva, la posibilidad de profundizar los cambios estructurales que reclama el país.

UNA NUEVA CLASE POLÍTICA
En el circulo de aduladores más allegado al presidente, incluyendo su núcleo familiar, se estan conformando nuevos grupos económicos y para el colmo, dicen representar los sectores patrióticos, muy parecida a la que se formo, después del 23 de enero de 1958 y para ese entonces término haciendo una Constitución, que traiciono el espíritu del 23 de enero y enterró transitoriamente los sueños y las esperanzas de la inmensa mayoría de nuestros compatriotas.

Hoy más que nunca, hay que aprender de las experiencias del pasado, Fabricio Ojeda nos decía al respecto: “La propia experiencia, además del estudio de la teoría política, demuestra que a esta altura de la historia, nada tiene que buscar nuestro país en el cambio de una camarilla por otra; o de un partido o grupo de partidos por otro partido o grupos de partidos. Lo que se trata de lograr es un cambio revolucionario, de fondo, en la composición social del gobierno que sea capaz de modificar las estructuras mismas del país y consolidar un régimen independiente, liberado del imperialismo y la oligarquía. La magnitud y causas de los problemas nacionales requiere, sin duda, la conquista del Poder por una alianza de las clases populares democráticas y progresistas con la fuerza suficiente en lo político y militar para hacer frente a las fuerzas de la reacción.(Ojeda, Fabricio. “La guerra del pueblo”. Edit. Domingo Fuentes. Caracas.1970. pp. 50-51).

LA CORRUPCIÓN Y EL BUROCRATISMO
Hoy día, después de ocho años de gobierno, el propio Chávez se vio obligado a reconocer que la corrupción y el burocratismo esta devorando su administración. No sé, si esa preocupación es real en el señor presidente o simplemente es un formalismo para seguir manipulando a un pueblo que quiere cambios y transformaciones para mejorar su modo de vida.

Mientras tanto, los nuevos y viejos contratistas, muchos de ellos familiares e incondicionales de la clase política en el gobierno, se encuentran como zamuros, merodeando y haciendo reuniones en las oficinas de los ministerios, para continuar con el saqueo a la república.

Al respecto, Kléber Ramírez (+) escribía en una oportunidad lo siguiente: “Es así como la falta de dignidad adquiere actualmente en nuestro país la categoría de calamidad pública. Hace falta verdadero coraje para mantenerse firme en los ideales y no sucumbir ante tanta corrupción, ante tanto desprecio por la sociedad.

Sólo un acto político, una conmoción política, podría liberar las esperanzas prisioneras y nuestra actitud, que también esta prisionera de una mentalidad auto-subestimada, llena de sentimientos de inferioridad; una acción que llevaría consigo la remoción de las élites establecidas, para que esos espacios fueran ocupados por los ciudadanos más aptos, con posibilidad de enfrentar las nuevas realidades y que hagan cambiar las relaciones sociales existentes.

No podemos tenerle miedo al futuro porque siempre se esta a tiempo cuando hacemos conciencia del inmenso reto que tenemos por delante y aceptamos nuestra cita con el destino”.(Ramírez, Kléber. “Venezuela: la IV República”. Caracas. 1991. pp 169).

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